Tengo el grandísimo privilegio de trabajar en aquello que me apasiona.

En mi caso, las palabras de Confucio son una realidad:

“Elige un trabajo que te apasione, y no tendrás que trabajar ni un día más de tu vida”

En el lenguaje del coaching, a esto se le llama vivir de acuerdo con tu propósito. Llevar al mundo de la acción y de la realidad aquello que te llena de sentido, que te hace sentir bien por dentro y te regenera, dándote fuerza.

Todos tenemos el potencial para sentirnos así, es una cualidad que está dentro de nosotros. Lo único que se necesita es coraje para seguir tu intuición y escucharte de verdad para encontrar la pasión que mueve tu alma.

Esta semana he compartido estos pensamientos y creencias con un equipo comercial de una multinacional durante su encuentro trimestral de revisión y seguimiento de objetivos. Al principio su plan era tener una sesión de teambuilding, con una actividad al aire libre, tipo paintball o similar, para echarse unas risas, aumentar la motivación y reducir el estrés.

Por eso, cuando me vieron aparecer por allí con mis hojas de flipchart y mis rotuladores de colores se les vino el mundo encima… Ufff, una tarde de reflexión y trabajo personal?? Esto tiene que ser una broma!!

En lugar del teambuilding, su manager pensó en hacerles un regalo; regalarles una experiencia que perdurara más allá de esa tarde, de esa semana, que pudiesen llevárselo para el resto de su vida. 

Dedicamos toda una tarde a profundizar en el conocimiento de uno mismo, comprendiendo qué me hace sentir vivo, cuáles son mis valores esenciales, qué me ocurre cuando no están presentes en mi vida y cómo soy en mi mejor versión. Terminamos desvelando mi propósito de vida, completándolo y mejorándolo con el feedback generoso y auténtico de los compañeros. La sesión terminó con una sensación de calidez, afecto, autoconfianza y mucha energía positiva!

Lo verdaderamente extraordinario en esta historia es la valentía del líder para invertir en el lado humano de su equipo. Él está apostando por un equipo de personas con propósito, dotándoles de fuerza y coherencia interior, dándoles mayor conocimiento y capacidad para elegir lo que les hace sentir bien y crear su propio futuro. El riesgo que corre es que puede haber quien reconozca que no es éste su lugar y elija marcharse…

Sin embargo ¿cuál es el coste de trabajar con un equipo de personas sin propósito? ¿cuánto tarda en quebrarse una persona ante el estrés y la incertidumbre cuando no encuentra sentido a lo que hace?

Poco a poco, cada vez más, encuentro estos líderes que eligen cambiar el teambuilding por el coaching, que deciden invertir y compartir con sus equipos experiencias con alma y corazón. Y esto sin duda, es lo que me sostiene y mantiene viva la ilusión por mi propósito de conectar a las personas, equipos y organizaciones con su luz. Gracias valientes!